domingo, 19 de octubre de 2008

Out of place and time.

¿Soy irracional? ¿Soy tan chica como mi edad dice? ¿O es que aquello solamente denota cuán pequeña soy? Porque soy chica, muy chica. Y me asusta pensar que siendo tan chiquita, tan chiquita, tan chiquita en tantos sentidos, tenga pensamientos tan sinceros acerca de cosas que no son. O que son, pero no deberían ser. Quizás sí me hago la víctima y mi viejo tenga razón. Quizás esté exagerando, es una de mis características. Pero no es normal, ¿o lo es?, que sea tan recurrente. Que las cosas vuelvan sobre sí mismas después de cada charla así. De que me canse, aunque sé que me canso rápido. Por qué debería estar tan casada, si las cosas no son como yo creo que son, o quizás sí o quizás no. O quizás la puntuación es diferente y esto en voz alta suene tan mal como escrito.
Divagues boludos, porque no hay otra manera de decirlo. Son boludos, punto. Quiero dejar de dudar, y quiero que mis promesas tengan fundamento. O al menos poder ser consecuente y dejar las dubitaciones o lo que sea de lado. Mi arte es algo raro, ¿no?, por otro lado. Digo, quizás las caras que pone mi vieja al verlo tienen sentido y son verdaderamente la reacción que tendría cualquier persona normal.
Insisto en el concepto de normalidad. ¿Qué es esto? Tengo 17 pero tengo amigos más grandes. ¿Es que al ser ellos más grandes sólo me convierto yo en más pequeña o en verdad puedo sobrepasar eso y aprender, copiar, escuchar y ponerme a la altura? Quizás debiera no hacer nada. Quizás debiera estupidizarme y volverme una cualquiera. Eso o ser un autómaton. Cada vez que lo pienso y me planteo seriamente eso, sé que no va a poder ser. Que cuando se me pase el mal humor y la emoicidad voy a querer ver a mi gente y que me levanten el ánimo. Y ahí es cuando entra otra cuestión a debatir. ¿Debería ser autosuficiente? Soy muy dependiente, pero la gente no depende de mí. Es unilateral. Y al ser unilateral, estoy en una posición de desventaja. Desvetaja garrafal, diría. Quizás la gente juegue conmigo, quizás no. Quizás de verdad esos abrazos que me dan sean de verdad. Quizás, quizás. Quizás no.
Y el problema está en que si no lo son, ¿dónde quedaría mi cordura? ¿Y mi corazón? ¿Existiría? Este mundo está lleno de falsedades, de dobles sentidos. Y me canso, me canso. Quisiera que todo fuera más lineal, más verdadero y más real. Más real, por sobre todo, en el sentido literal de la palabra, quitando de que provenga de una realidad tan fluctuante como acabo de citar.Porque todo parece tan etero, tan fluído, tan horriblemente volátil. Es imposible volver el tiempo atrás, y las cosas se rompen y se desvirtúan fácil. ¿Qué queda dentro de mi mente cuando cierro los ojos a la verdad? Falacias y citas de libros y música. Y en el negro de mis párpados no puedo ver un fuego que me indique dónde ir. Y me pierdo adentro, me pierdo y encontrar dónde ir es tan difícil como ser consecuente y que mis pensamientos, acciones y contexto coordinen.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si vuelvo a leer algo acerca de que mis abrazos son de mentira, te voy a tener que pegar. Posta.
Sabelo que te extrañe mucho en lo de Pablo.

Y que tu arte insane es genial.

Y que estás a la altura. Si no lo estuvieras, seguirías siendo del grupete de Akhesa.