viernes, 29 de enero de 2010

Giratorio.

Y, es obvio y es cliché, que uno se pose en lo olvidado para revivirlo con un soplido en aquellos días que significan un antes y un después en -no su vida- pero sí su año.
Es que irremediablemente, festeje uno o no su cumpleaños, se pasan por su cabeza una serie de cosas que nos persiguen en el vaivén del tiempo.

Ahí es cuando uno se da cuenta que el saludito ese no importa un carajo... Porque nunca nadie se gasta en mandarte un beso o desearte lo mejor en ese martes cualquiera de la vida.

Las pequeñas cosas son tan importantes...