martes, 13 de marzo de 2012

Adiós a una casa.

Quisiera despedirme de vos diciendo que me gustaba almorzar en tu cocina llena de luz de mediodía (más tarde que mediodía, a decir verdad). Esas veces que me cocinaba yo pero dejaba todo sucio por la vagancia de limpiar.
Me acuerdo de tu olor, a veces, de tu palier de arriba. De tus recovecos que ya no veré más. Me acuerdo de cómo te pegaba el sol a la tarde en el jardín que no usé mucho y de cuántas veces me reí, lloré y disfruté entre tus paredes. Esas paredes que sienten, como las de todas las casas, paredes que absorben, que se ven modificadas por lo que contuvieron, por lo que limitaron. Dieron cobijo a aventuras, a enojos a tantas cosas como una niña pudo sentir, y más. Una niña, una adolescente. Lo que sea, no importa, me abrazaste y cuando me quise, cuando te negué, no me llamaste a los gritos ni me pediste nada a cambio.
Te quedaste quietita, ahí, mirándome con ojos tristes. Esperando que regresara, pero yo no volví. Apenas creo que comí unas empanadas o una pizza la última vez que usé los platos que ya no están en tus estanterías, apenas creo que dormí con mi vieja porque no andaba mi aire acondicionado una noche del verano pasado. Creo que esa fue la última vez. No me acuerdo.
Y lamento, en cierto punto, no acordarme. Si bien esta es la despedida desdoblada en dos, la tristeza del nunca más: no es nuestro primer desencuentro.
Me acuerdo, creo, de cuando salí con una valija a vivir en otro lado. Me acuerdo que ni miré hacia atrás. Quizás en ese momento significabas muchas cosas que ahora parecen solamente una raya más para el tigre. No son tu núcleo de significación. No sos, no fuiste, solamente eso. Fuiste lo anterior también, todos los buenos momentos, todos los calores y las reuniones con amigos a la luz de las estrellas o de un sol abrasador. Fuiste mis alegrías, mis enojos, mis molestias.

Finalmente puedo decir que te quise, que te quiero ahora más en la distancia; que te valoro más de lo que nunca te valoré.
Porque fuiste mi casa, muchos... muchos años. La mayor parte de mi vida. 15 y 3 de yapa.
Lamento haberte hecho sufrir mi ausencia. Lamento haberte hecho pasar tanto tiempo sola, extrañando las risas, las peripecias del día a día, pero en ese momento fue lo mejor que pude hacer. Te hubiera dejado ir antes, si hubiera podido, pero no dependía sólo de mí.

Quiero decirte adiós porque tengo esta espina encarnada adentro de mi corazón que abre la canilla de la remembranza y la nostalgia y quiero regalártela para que sepas que nunca me olvidé de vos y que, si no te traté como debía haberlo hecho, lo siento muchísimo.

Sé que ahora vas a apañar a otras personas, que las harás felices. Que tu jardín reverdecerá para los ojos de tu nueva dueña y protegerás a otros niños. Pero recordame a mí, a la primera nena que corrió en tu living, la primera que bajó la escalera con la cola, la primera que lloró y la primera que río en tus habitaciones. Recordame, aunque yo vaya a olvidarte. Aunque no te vaya a tener presente todos los días de mi vida. Aunque te cambie por otra, recordame. Porque creo haber dejado otra cosa además de las marcas de altura en el empapelado de la cocina, o las marcas de uñas pintadas en la pared. Creo haber dejado un pedacito de mi alma con vos, para que lo guardes y lo atesores y muestres cómo brilla.

lunes, 12 de marzo de 2012

.

にある  
てのよさとかなで でも 

そんなみごとは するあの 
というものがありながら ってきやしない」 

だけどらなきゃ  
 げばぐほどよくれる 


はいつものり やかで 
りであのかけた はいったい? 

がよくう しいむつまじく 
くその姿こらえきれず そのをすぐれたの 

だけどらなきゃ  
らしながら しにす 


やら がおこったらしい 
であのかけた はいったい? 

んだのあのに のきれいな 
がとてもうわ ああそんなみなのね 

だけどらなきゃ  
をはらしながら す 


はにわかにめた があったらしい 
かんざしであのかけた はいったい? 

もいかぬに いかんざしえて 
をしようというの? がないのね 

だけどらなきゃ  
 こんなだったかしら? す 


ようやくもひとした 
いにてくれないのならば 
こちらからいにきましょう 

   
いかんざし して 
あなたみのになったわ 
どう?わたしきれいでしょう? 


ぎ された 
これで4て かにされたらしい 

それにしてもひどいね 「はじめましてこんにちは」なんて 
まるでみたいじゃない まるでみたいじゃない 

だけどらなきゃ  
まった げばぐほどよくれる