domingo, 16 de noviembre de 2008

Sundays don't allways summon sunlight.

Hoy estaba revolviendo el cajón de fotos con mi vieja. Nunca habíamos podido pasar de las dos fotos sin que ella llorara hasta hoy, es decir, después del divorcio.
Cuatro años al fin sirvieron de algo. Se puso mal, sí, pero bueno, no lloró ni se amargó demasiado.

La foto... Un segundo, menos, encapsulado. Un momento enmarcado en una imagen pseudo inmortal. Un recuerdo congelado en un papel. Y estaba pensando, quizás este trauma fotogénico que tengo viene desde allí. Es decir, yo no me acuerdo (o mi mente no quiere acordarse) del pasado en general. Tengo poca memoria de años antes del divorcio. Y la de allí hasta acá es limitada.

Quizás es por eso que mis fotos de ahí hasta acá son pocas.

Por otro lado... Por otro lado. Los dieciséis de noviembre me deprimen.

1 comentario:

Eloísa Vela Mantilla dijo...

Este noviembre es deprimente, en general. Llegó así este año.

Además, es domingo. Los domingos son deprimentes. Y odiosos.

A mi últimamente las fotos me hacen llorar, pero debe ser porque últimamente todo me hace llorar.

Y llueve.