Pero no lo suficiente.
Qué te pasa por la cabeza cuándo me mirás? Qué pensás? Es decir, cuando estás con otra, preferirías estar conmigo?
No, sé que no.
Por eso tengo que dejar de hacerme la cabeza. Porque no sirve ilusionarme con que me querés de más. Nunca vamos a ser más que dos amigos, dos muy buenos amigos.
Me arde. Me arde la herida anterior que esta situación toca tan de cerca. Me quema pensar que preferís a otra y que conmigo dudás porque no soy flaca.
Lo peor es que te llenes la boca hablando de cómo los hombres deberían aceptar las curvas del cuerpo femenino.
Please.
La única vez que me sentí así antes, después me dieron la razón. Pero ahora, que me tiraría de cabeza, no es tan simple.
Y no puedo sacarte de mi cabeza, tal cual la canción. Mucho menos de mi pecho. La re puta madre.
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