lunes, 13 de diciembre de 2010

Uñas Azules

Hoy miré unas fotos que ni siquiera eran mías.
Miré esas fotos y pensé en esas personas... ¿Qué hacían? Tienen vidas que ya no me competen, vidas de las cuales no soy más que un recuerdo. Hacía mucho que no pensaba en ellas, no son las mismas a las que antes me he referido.
Es semi-amargo el sabor que tienen esas fotos para mí.

Creo que estoy teniendo una crisis de veinteaños todavía no cumplidos.
Dos años en donde pasó de todo, y más todavía, me separan de ellas. Dos años hace que no les veo las caras (sin contar, quizás, una o dos veces) y antes... Antes era todos los días.
Qué cosa extraña. No quiero verlas, eh, bajo ningún concepto. Pero en cierta forma extraño esa estabilidad. Ahora, por ejemplo, dos años con otras personas que ahora quizás ya no vea prácticamente. Otro cambio radical. Los cambios están buenos, pero hay que tomar el coraje para hacerlos.

También creo que el olor del quitaesmalte me hace mal.

1 comentario:

Beligerante dijo...

En un momento pensaba algo así, hasta que a Mara (que se había ido a Alicante hacía como seis años) dijo "se acabó", se volvió y nos juntó a todos. Ahora nos vemos regularmente, en los cumpleaños y esas cosas, y nos mostramos los pedacitos nuevas de nuestras vidas maduras, independientes y sin la colaboración ni los prejuicios de los demás como nenitos con juguetes nuevos, con cierto orgullo y cierta verguenza. Y finjimos sorpresa ante cosas nuevas que en realidad siempre estuvieron ahí, porque convivimos todos los días de nuestra vida durante casi un lustro, y nos conocemos más que nadie, incluso más que nosotros mismos.

Los amigos de secundaria, cuando regresan, son clave. Si no regresan, no valían la pena.

--Esteban